viernes, 20 de marzo de 2009

Por una esquina mágica, de una tarde mágica, entre llovizna y sol, entre amistad y encanto espontáneo, pasó una chica, que entre otras cosas era maga, y se detuvo un momento a contarnos un sueño, un sueño que había tenido una vez, alguna vez:


Todos los seres humanos -en aquel sueño- conformábamos un gran tejido. Ella caminaba y tras de sí dejaba una estela que se iba tejiendo, mezclando, conjugando con la estela que iban dejando otras personas. Unos de un color, otros de otros, oscuros y luminosos, que al combinarse jamás desentonaban. Todos éramos hilos de aquel mundo, que estaba lleno de mundos entrelazados.
Todos el mismo y todos diferentes.
















































Estamos conectados. Influenciados.
El amor no duele. El amor no es un problema.
¡El amor es solución!



Casa Verde