viajo adentro. aparecen fantasmas.
intento trazar una línea:
entre
el millar de posibles engañosos que me traen pesadumbre
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y los pocos presentes que aún no se han gastado
(una línea que divida la fantasía y la realidad)
pinto a los fantasmas engañosos con una línea roja
(para que no vuelvan a engañarme)
y con una azul a los que considero que me podran traer alegrías.
pasaron mil horas pero veo que las horas están pintadas en rojo, quizás pasó sólo un segundo...
viajo afuera
aquíahora
...alguien me pintó una línea roja en el pecho.
